Al ser el tiempo el constante verdugo que clama por su espacio nosotros nos convertimos en verdaderos corredores de maratones para alcanzar a hacer todos aquello que se supone hemos de hacer... así corremos al trabajo, a la casa, a la escuela, al banco, a la tienda... y a veces hasta con nuestra pareja andamos correteados, estamos sin estar, estamos pero a la vez no estamos, ultimamente he reflexionado y saben... he caído en la cuenta que estar con la persona que uno quiere es mas que suficiente... no son necesarias las salidas al restaurante o hacer actividades diferentes solo para parecer interesante o salir de la rutina, he comprendido que cuando el tiempo apremia la mutua compañía del ser querido llena los espacios y genera un ambiente tan tranquilo que el tiempo deja de ser importante y se funde en el ambiente como el mismo aire que respiramos... y entonces dejamos de correr y descansamos...
Imagenes del flickr
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